Nunca hubiera imaginado que aquel viaje me cambiaria tanto la vida. En parte debo agradecérselo a una persona especial para mí por convencerme a ir. Por aquel entonces yo estaba perdida, perdida en un laberinto gigantesco, era imposible encontrar la salida. Entonces me encontraste, puede que entraras a buscarme en un intento de rescate suicida, puede que también estuvieras perdida y nos encontráramos mutuamente, pero agarraste mi mano y tiraste, tiraste incluso cuando yo ya me consideraba parte de ese mundo, querías sacarme de allí, y me devolviste a la realidad. Querías enseñarme a volver a vivir, te empeñaste en conseguirlo. Muchas veces mordí tu mano, esa mano que me ayudo a volver a ser yo, la misma que me salvo de una caída infinita, pero tú nunca te diste por vencida y seguiste a mi lado.
Entre dichas y desdichas empezamos a sentir, tu mucho antes que yo, desgraciadamente. Mi mecanismo de terror me confundía constantemente, y me volvió loca. Tan loca que hice mil y una tonterías sin realmente pensarlas, consecuencias de beber sin control. Hice daño, a unos mas, a otros menos, y a ti.. más que a ninguno, y aun así lo aguantaste, hasta que ya no quisiste hacerlo más. Realmente yo nunca merecí que me ayudaras, ni que me quisieras, pero como suelen decir, nunca sabes lo que realmente tienes hasta que sabes que lo has perdido. Y cuando me dijiste adiós me di cuenta de lo que eras tú para mí, y de que sentía un deseo inhumano hacia ti. Tú eras lo que yo siempre había querido, lo que sin buscarlo encontré.
A partir de ahí me permitiste seguir adelante juntas, nunca todo es tan maravilloso y mucho menos perfecto, pero para mí sí que lo era, y no pedía nada más. Siempre hay peleas, enfados, pero todo se soluciona, incluso vencimos la rutina del día a día, tú me querías, y yo te quería, y eso era lo importante. Pero lo bueno siempre se acaba, y tarde o temprano llegarían los problemas, problemas externos pero que incluso así pagamos con la persona que queremos, problemas que no se olvidan y que por mucho que perdones siempre quedara algo de ellos. Finalmente no se si la rutina al final logro vencernos, o si cambiamos tanto que ya no nos reconocíamos, o que simplemente tenía que llegar el final.
Ahora vuelvo a estar perdida, llueven cristales y no hay ningún refugio para poder salvarme. Y yo ya no quiero más refugios, solo quiero el tuyo. Ya no quiero que nadie me salve.
Para mí, se acabo el amor, no quiero volver a sentirlo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
.png)
Llámame loca, pero creo que aún todo se puede solucionar... Cuando me he sentido así, hasta el punto de llegar al suelo y no poder salir, he decidido luchar hasta el final, total, si todo esta perdido, que más vas a poder perder?, ya no puedes perder si no lo único que podrías conseguir, es ganar. En el peor de los casos ,si no lo consigues, pues nada te quedas igual, e intentarás renacer de tus cenizas, y sabes que yo estaré allí protegiendo del viento tus cenizas.
ResponderEliminar